sábado, 17 de octubre de 2015

Coro: Patrimonio de la Humanidad logrado a pulso


  • La idea fue propuesta por primera vez en un artículo de opinión por el exgobernador Pedro Luis Bracho Navarrete
  • Luego vendría un arduo trabajo de sustento académico del que Ana María Reyes y Carlos González Batista, serían los principales actores
  • El doctor Grand, rector de la Unefm siempre ofreció su apoyo a la causa
LUIS AULAR LEAL
Fotos: Yunio Lugo

Coro va a hacia sus 500 años y tiene casi 22 de haber sido incluida en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco). Este reconocimiento fue logrado a pulso, según lo explica la profesora Ana María Reyes Lovera, antropóloga y socióloga egresada de la Universidad Central de Venezuela, quien también cursó estudios de Arquitectura en esa casa de estudios.

Desde la década de 1960 Coro fue declarada como Zona Especial de Interés Histórico. En los 80 se originó el La Vela un movimiento que impidió la demolición de casi un centenar de viviendas consideradas hoy Patrimonio Cultural de la Humanidad. Pero sería el 1988 cuando el exgobernador Bracho Navarrete lanzó a la opinión pública la propuesta de hacer de Coro y sus médanos fuera incluidos en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

De idea a la realidad
Para lograr alcanzar este cometido se requeriría de un arduo trabajo académico de investigación histórica y antropológica, para demostrar que Coro tenía cualidades irrefutables para ser considerado un patrimonio mundial. “Gran parte de ese trabajo fue adelantado por las investigaciones de Carlos, quien desde hace años venía trabajando en la conformación del archivo histórico del estado y en el rescate de las edificaciones patrimoniales”.

La profesora Reyes Lovera se refiere a la labor del historiador Carlos González Batista, egresado de la Universidad de Los Andes y fundador del Centro de Estudios Históricos Pedro Manuel Arcaya de la Unefm.

Carlos González Batista, historiador, gracias a sus investigaciones los documentos  enviados a la Unesco pudieron elaborarse con mayor rapidez


“Fue un trabajo muy difícil pues primero nos enteramos que Venezuela no había ratificado la Convención de la Unesco sobre la Defensa del Patrimonio y hubo que gestionar en el Congreso Nacional para que eso de diera”, explica Reyes Lovera.

Ana maría Reyes, antropóloga y socióloga, una de las principales promotoras de la inclusión de Coro y La Vela en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad

Hicieron el Manifiesto de Coro
En El Balcón de los Arcaya, cientos de cultores, académicos, intelectuales y fuerzas vivas falconianas redactaron una solicitud que terminó siendo avalada por 20.000 firmas que exigían al Parlamento Nacional la ratificación de la Convención de la Unesco para poder solicitar la inclusión de Coro como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Y dio resultado, Venezuela ratificó la convención.

Aspecto actual de El Balcón de los Arcaya, lugar donde se firmó el Manifiesto de Coro

El trabajo de investigación
“Al principio nadie creía en esto, es la verdad”, rememora la profesora Ana María. Explica que tanto a ella como al profesor González Batista les tocó financiar con sus propios recursos el costo de los dossiers solicitados por la Unesco, sin contar el trabajo de investigación histórica y antropológica que ambos realizaron completamente ad honorem.

“Teníamos que enviar a París una documentación sustentada con levantamiento topográfico, diapositivas, videos y los informes redactados en inglés o francés. Elegimos este último idioma”. Tanto ella como González quedaron endeudados. “Yo perdí todas mis tarjetas de crédito, incluso cuando enviamos los documentos, no nos quedaron copias, pues no teníamos dinero para eso”. Eso fue entre los años 1991 y 1992.

La iglesia de San Francisco es una de las edificaciones más representativas de la Zona Unesco

Y la Unesco vino a evaluar
Jaime Ortiz Layut y Marcos Maza, mexicanos, especialistas en materia patrimonial llegaron a Coro a evaluar si en efecto la ciudad merecía o no ingresar en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Visitaron toda la zona colonial y encontraron monumentos merecedores de ser declarados patrimonio, pero al llegar a la catedral, determinaron que este edificio no podía entrar esta categoría por las modificaciones a las que fue sometida en su restauración durante la década de 1950.

Luego se dirigieron invitados a una cena en La Vela y al contemplar el número de edificaciones con técnicas tradicionales -incluso más que las de Coro- insistieron en que si la solicitud de inclusión en la lista de patrimonio mundial era de Coro y La Vela, era más probable que fuese aprobada.

Y así ocurrió.

La convención de Cartagena
Cada año la Unesco organiza la Convención de Defensa del Patrimonio Mundial, en un país miembro. Ahí, además de discutir la situación en la que se encuentran los espacios declarados Patrimonio de la Humanidad, también se somete a discusión la inclusión de nuevos lugares en esa categoría.

El 9 de diciembre de 1993, se decidiría si Coro y La Vela entrarían en la lista. La profesora Ana María insistía en que había que estar en esa convención. Costeando por cuenta propia los gastos pasajes y viáticos fue acompañada de su prima, la historiadora y también veleña Elina Lovera Reyes.

Lograron entrar a la sala de deliberaciones, gracias a la profesora Martha Arjona, delegada de Cuba y presenciaron como más de 150 naciones aprobaron la inclusión de Coro y La Vela como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Una anécdota de aquel momento, recordada por la profesora Ana María, fue que, ansiosa por llamar a Venezuela y dar la noticia, se percató que no tenía dinero ni para hacer una llamada telefónica. Entonces le pidió prestadas unas moneadas al arquitecto Graziano Gasparini, delegado de Venezuela ante la Unesco y así pudo llamar y avisar. “Y aún no le he pagado esas monedas”, comenta risueña.

Conservación del patrimonio cultural a casi 22 años de la declaratoria
Reyes considera que a pesar de las vicisitudes, el coriano y el veleño han entendido la importancia de este título otorgado por la Unesco y se ha desarrollado en buena medida el sentido de pertenencia hacia el patrimonio y las tradiciones ancestrales. 

“Es importante destacar que cuando se habla de patrimonio no son solamente las casas y las técnicas de construcción. Es patrimonio mundial el maestro artesano que las construye y la gente que las habita. La forma de vida, de ser y pensar del coriano y el veleño, eso poco a poco lo ha venido a entender la gente y es lo que nos dice que todo lo que empezamos en aquel momento ha valido la pena, es una lucha por nuestra identidad, nuestras tradiciones y nuestra alma como pueblo”.

Los criterios de la Unesco 
Un lugar es considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad cuando por sus características tiene una importancia cultural o natural excepcional para la herencia común de la humanidad. La Unesco establece diez criterios de los cuales Coro y La Vela cumplen con dos, específicamente con los criterios IV y V:

Criterio IV. Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana.

Criterio V. Ser un ejemplo eminente de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una cultura (o culturas), o de la interacción humana con el medio ambiente especialmente cuando este se vuelva vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.

Las líneas poligonales de protección del Patrimonio Cultural de Coro
Con el objetivo de garantizar la debida protección de la zona declarada patrimonio mundial, la Unesco estableció la línea correspondiente al bien declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Merlín Rodríguez, Oficina de Proyectos Estratégicos y Diseños para las Áreas Patrimoniales de Coro, La Vela y sus Áreas de Protección (Opedap), explica que esa poligonal comprende 7,8 hectáreas y abarca cinco cuadras y dos medias manzanas.




En su interior se encuentran la Casa de las Ventanas de Hierro, el Museo Arquidiocesano Lucas Guillermo Castillo, la Iglesia de San Francisco, la Casa del Sol, la Casa del Tesoro, La Casa Soto y la Cruz de San Clemente entre otros bienes. Externa a la poligonal Unesco se encuentra la Zona de Protección o de Valor Artístico e Histórico, establecida por Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Artístico de la Nación, que sirve como área de amortiguamiento en entre la Zona Unesco y el entorno urbano de la ciudad.

Cada una de estas zonas posee características especiales reguladas por la Unesco y el Instituto de Patrimonio Cultural, cuya normativas determinan desde el paso de vehículos automotores, hasta la disposición de las tuberías de aguas blancas y aguas servidas.

Coro y su Puerto Real de La Vela se encuentran se incluyeron en 2008 en la lista de Patrimonio Cultural en Riesgo, debido al deterioro de varios monumentos producto de la acción de la naturaleza y la falta de mantenimiento preventivo.

En 2012 el Gobierno nacional aprobó cuantiosos recursos para iniciar restauraciones urgentes y hacer que Coro y La Vela salieran de esa lista de patrimonio en riesgo. En 2016 representantes de la Unesco evaluaron los trabajos efectuados y aunque felicitaron el esfuerzo de Venezuela, determinaron que aún falta cumplir con uno o dos de los 10 requisitos exigidos para que Coro y La Vela salgan del riesgo en el que han sido declaradas por la Unesco desde 2008.